No
se puede mantener la declaración de que el ser no es diferente del
cuerpo. Porque debe ser distinta del cuerpo, ya que “puede no haber
conciencia incluso mientras existe el cuerpo”. Si del hecho de que los
atributos del ser existan cuando existe un cuerpo, se deduce que esos
atributos pertenecen al cuerpo, entonces ¿por qué no deducir también que
no son atributos del cuerpo cuando se ve que no existen cuando el
cuerpo está presente? Los atributos como la forma y demás, que
pertenecen al cuerpo, puede considerarse que existen mientras existe el
cuerpo. Pero características como el movimiento y la energía vital, no
existen después de la muerte aunque exista el cuerpo. Y los atributos
del cuerpo como la forma y demás, que pertenecen al cuerpo, son
percibidos por otros (desde fuera del cuerpo), no así los atributos del
ser, como la conciencia, la memoria, etc.
Además podemos descubrir la presencia de estos últimos atributos mientras el cuerpo permanece
en la vida de un ser humano. Pero no podemos determinar que no existan
porque no exista el cuerpo. Porque incluso cuando el cuerpo ha muerto,
esos atributos del ser persisten para ser transferidos a otro cuerpo. Y
la opinión opuesta queda eliminada por ser también una hipótesis dudosa.
Habría que preguntar al oponente sobre la naturaleza de esa conciencia
que según él, deriva de los elementos. Porque los materialistas no
aceptan ningún principio más allá de los cuatro elementos.
El oponente interviene afirmando: La conciencia no es más que la percepción de los sentidos y lo que deriva de ellos.
Y el vedantin explica: Entonces estos elementos son objetos de
percepción. Y la conciencia no puede ser un atributo de esos objetos, ya
que una cosa no puede actuar en sí misma. El fuego aunque arde no se
quema a sí mismo, ni el acróbata, por muy entrenado que esté, puede
montar sobre sus propios hombros. No sería, por tanto, posible que la
conciencia fuera un atributo de los elementos y sus derivados y a la vez
percibiera estos elementos como objetos. Porque ninguna forma puede ser
percibida por otras formas.
Además podemos descubrir la presencia de estos últimos atributos mientras el cuerpo permanece en la vida de un ser humano. Pero no podemos determinar que no existan porque no exista el cuerpo. Porque incluso cuando el cuerpo ha muerto, esos atributos del ser persisten para ser transferidos a otro cuerpo. Y la opinión opuesta queda eliminada por ser también una hipótesis dudosa. Habría que preguntar al oponente sobre la naturaleza de esa conciencia que según él, deriva de los elementos. Porque los materialistas no aceptan ningún principio más allá de los cuatro elementos.
El oponente interviene afirmando: La conciencia no es más que la percepción de los sentidos y lo que deriva de ellos.
Y el vedantin explica: Entonces estos elementos son objetos de percepción. Y la conciencia no puede ser un atributo de esos objetos, ya que una cosa no puede actuar en sí misma. El fuego aunque arde no se quema a sí mismo, ni el acróbata, por muy entrenado que esté, puede montar sobre sus propios hombros. No sería, por tanto, posible que la conciencia fuera un atributo de los elementos y sus derivados y a la vez percibiera estos elementos como objetos. Porque ninguna forma puede ser percibida por otras formas.
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