ASOCIACION DE YOGA SIVANANDA DE PUERTO RICO

ASOCIACION DE YOGA SIVANANDA DE PUERTO RICO
LOCAL EN 274 AVENIDA ELEONOR ROOSEVELT, HATO REY, PUERTO RICO

miércoles, 16 de octubre de 2013

YAMA, ASANA, ETC

Y A M A
YAMA: (no hay que confundirlo con el dios de la muerte de los Vedas). Es el primero de esta serie de principios y que es practicado más o menos por todo el mundo, pues cada quien respeta la abstinencia de matar, de robar, de la lujuria, etc. La conciencia, ay! siempre demasiado elástica, proporciona rápidamente motivos al ser humano para permitirle satisfacer sus vicios y sus pasiones, por lo cual la Ciencia Yoga presenta una conducta a observar rigurosamente.
En lo que se refiere a no matar no se limita solamente al crimen humano, sino también en los animales; simplemente el hecho de aceptar la carne de bestias sacrificadas es hacerse cómplice de un crimen, como también aquel que compra la carne creyendo que no es culpable adopta la misma actitud de los dictadores que pagan soldados especializados en la matanza. Es cierto que el hecho de comer legumbres no dispensa de matar, pero también es comprensible que "matar" una zanahoria, una lechuga, un nabo, no tiene la misma consecuencia que la matanza organizada de la pesca, la caza o el matadero. Aunque procedente de un Alma colectiva la "inteligencia" de un animal se acerca más al hombre que la consciencia celular de los vegetales, aun de los más evolucionados.
En lo concerniente a no matar, esta ley de abstención es mencionada en todas partes, tanto para los hebreos como para los cristianos o los budistas: Éxodo XX-13, Deuteronomio V-17, Levítico XIX-16, San Mateo V-21 y XIX-18, lo mismo que en el primer pansila (mandamiento) budista, etc.
Respecto a la abstención de la carne animal la mención está hecha más especialmente en: Génesis I-29 y IX-4; Levítico XXII-8, XVII-10, 11, 12, 13 y 14, y en igual forma en las Escrituras orientales (Vinaya-Pitaka, Suta-Nipata, etc.).
Existen también referencias en la Biblia a la abstinencia del alcohol, del vino, de la cerveza (Lev. X-9 y 10), así como para aquellos que se consagran a la vida cristiana (Libro de los Números VI-2 y 3); en igual forma se alude cuando se trata de un ser vertido a la santidad (Lucas I-15) y el mismo Gran Maestro de Nazareth ha mostrado su importancia (Lucas XXII-18). No solamente entre los hindúes existen los sannyasines para la vida de ermitaños consagrados a la Divinidad, sino que este género de vida también existe en las diversas religiones y, por ejemplo, en el cristianismo las leyes están dadas en numerosos pasajes bíblicos (Libro de los Números, cap. VI, vers. 1 al 6), igual-
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mente con respecto a las diversas abstenciones en la violencia, en la mentira, en el robo, en la lujuria, en los bienes (particularmente en San Lucas XIV-26). No debe existir, pues, ninguna novedad para los cristianos en estas abstenciones para la Yoga (21).
Podríamos prolongar las citas y las referencias, pero ya hoy está ampliamente demostrado, tanto por las autoridades religiosas como por los análisis científicos, que estas abstinencias de carne animal, de bebidas alcohólicas, de tabaco, etc., son los puntos de partida de toda evolución hacia cualquier perfeccionamiento que sea, por lo cual es inútil insistir más con respecto a esta cuestión. Ya sea en lo espiritual o únicamente en el plano material, lo que se denomina YAMA en Yoga, es en la vida corriente una pura precaución contra la degeneración de las facultades humanas. Los nombres más ilustres de la historia son un testimonio favorable al régimen naturista, como los de los grandes maestros:
Hanahpu, Quetzalcóatl, Huirakutcha, Osiris, Rama, Krishna, Lao-Tsé, Confucio, Buddha, Jesús. Los más grandes pensadores han defendido la causa vegetariana:
Pitágoras, Tales, Plutarco, Porfirio, Epicuro, Diógenes, Homero, Heráclito, Platón, Hipócrates, Sócrates, Aristóteles, Séneca, Cicerón, etc. Sin ninguna parcialidad se pueden nombrar las celebridades más diversas, ya sea de la ciencia, del arte o de la filosofía:
San Pedro, Leonardo da Vinci, Voltaire, Juan Jacobo Rousseau, Humboldt, Nietzche, Lamartine, Wagner y cuántas otras personalidades que se han distinguido en la manifestación humana practicando esta primera disciplina a la cual se ha unido el 50% de la humanidad.
En efecto, la mitad de los habitantes de nuestro planeta no ha aceptado todavía este signo elemental de la sabiduría que es el primer paso hacia la liberación final, la cual debe manifestarse por una Era de paz.
Hay reglas bien definidas en la vida y su falta de observancia produce catástrofes, como la de la Atlántida o como la que se está preparando en estos momentos si el mundo no procede a tiempo!... Las leyes del Cosmos son cosa bien establecida e ir en contra de esta organización tan perfecta significa abocar a la humanidad a su propia pérdida.
(21) Ciertas sectas cristianas y Ordenes Católicas siguen especialmente el régimen naturista, pero parece que estos preceptos han sido olvidados, apartando naturalmente aquellos que practican estrictamente la enseñanza del Cristo como los esenios, los mandeanos, los catharreos, los templarios, etc.
Las mismas referencias se pueden citar acerca de otras religiones, pero como mi libro está ofrecido principalmente al Occidente y en particular, quizás, al mundo cristiano, es en la Biblia que encuentro el mayor apoyo.
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NIYAMA
NIYAMA, es el nombre dado en Yoga a estos reglamentos que naturalmente principian por esta purificación tanto interna como externa que el ser humano debe observar.
En primer lugar, la purificación interna, es decir su estado de espíritu no podrá ser correctamente dirigido sin antes haber realizado la unidad de todas las cosas en un mundo que gira en diversas tonalidades suscitando reinos llamados: mineral, vegetal, animal, humano y suprahumano.
La destrucción de uno u otro de estos reinos sería provocar un desequilibrio en lo Infinitamente Grande. Si en lugar de concentrar su energía en la destrucción, el ser humano pensara en lo constructivo, desde hace mucho tiempo nuestro mundo podría haber sido reintegrado en la beatitud original (me expreso así para permanecer dentro del marco teológico).
Se ha pensado alguna vez en la paciencia de un espíritu destructivo que pasa un día entero con un junco en la mano tratando de eliminar a un animalito de unos centímetros de largo que vive en un elemento líquido a fin de no molestar al hombre? Este desequilibrio mental que empuja al ser humano y que despierta en él una sensación casi sensual cuando ve un pez luchando contra la muerte, es bien conocido de los psiquiatras. El caso de la sensualidad mórbida ha sido muy a menudo descrito para que tenga yo que agregar mi opinión acerca de todos esos pobres necios humanos que regresan del bosque con el fusil al hombro y algunas bestezuelas inofensivas en el morral. Bien como cazador o pescador, el hombre oculta su complejo de inferioridad, así como requiere el hábito de los excitantes (té, café, alcohol, nicotina, etc.) para disfrazar su falta de control (lo que en realidad lo empeora más todavía).
Se tomaba la precaución en España de que antes de llevar a usted a una gran corrida lo hacían beber copiosamente y le invitaban a comer grandes raciones de carne a fin de soportar el espectáculo de una corrida de toros. Nunca un español podría “apreciar" tan bien el espectáculo, como teniendo una botella de vino en su mano; el placer de presenciar la muerte del animal es, pues, un estado de desequilibrio de estos pobres "aficionados" a las corridas de toros. Al no poder resistir la estupidez de sus contemporáneos el hombre tiene evidentemente la necesidad de animalizarse absorbiendo una alimentación de carnes y tiene que buscar escapar al aburrimiento mediante las bebidas y los estupefacientes, para no reaccionar fuertemente contra el rumbo que toma la humanidad actual. Conozco la reacción gene-
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ral del momento: hay grandes sabios que, sin embargo, comen carne, fuman y beben... bueno, estoy de acuerdo hasta cierto punto solamente, pues ya confesé más de una vez públicamente que no estuve de ningún modo orgulloso de mis diversos diplomas que solamente demuestran mi estupidez científica, pues para qué me sirven mis doctorados si no para demostrar que he copiado debidamente a mis predecesores sin preocuparme de una opinión personal? Qué prueban mis grados y calificaciones diversas sino que he aceptado bien toda la ciencia inexacta impotente de nuestros días? Hay que estar de acuerdo, en que la medicina actual está muy lejos de poseer el procedimiento de momificación que los egipcios practicaban comúnmente, y en que igualmente nuestras matemáticas son todas una hipótesis relativa en comparación de la antigua Numerología, y debo confesar que no fue en la Universidad en donde me han dado la fórmula de la transmutación de los metales que hacía parte en otro tiempo de la física vulgar… Olvidando, pues, mis títulos no puedo entonces conmoverme al anuncio de los títulos de otros, a excepción, sin embargo, de aquellos que se aplican al rango de los: Einstein, Varcollier, Alexis Carrel, Marcelin Berthelot y otros revolucionarios de la ciencia (o renovadores del conocimiento antiguo).
El Niyama consiste aún en otras abstinencias, además de las anteriores reglas elementales de la vida:
La purificación no es completa si es limitada únicamente a una sana nutrición; así como el cuerpo no está hecho para recibir alimentación de necrófago (22), el espíritu, por su parte, igualmente debe ser dueño de sus hábitos (dominar sus malas costumbres).
Aunque la manera de pensar no es cosa fácil de controlar, no se puede llegar a una supremacía espiritual sin la capacidad de pensar correctamente. Sería necesario largo tiempo para analizar lo que se puede llamar “pensar correctamente”, pues es natural que no es cuestión de aprobar automáticamente los géneros de pensamiento reconocidos habitualmente como buenos; por ejemplo, lo “bueno” y lo “malo” son simples concepciones, pues cada uno puede definir perfectamente el sentido de lo “bueno” y de lo “malo”: pero ello en cuanto a su propio juicio sin preocuparse de la apreciación de los demás. Nosotros tenemos en nuestro Ashram de Maracay, Venezuela, un aviso en la pared muy propio para este caso: “La libertad del uno se termina cuando principia la libertad del otro”.
El establecimiento de una moral universal será la cosa más complicada de establecer en este mundo; lo que conviene a uno no conviene a otro; tantas cuestiones hay ahí para dividir la
(22) Necrófago, aquel que come cadáveres, carne de un muerto. Hacer su almuerzo con productos provenientes del buey, del cerdo, del ternero, del venado, de aves o de peces es ser necrófago, por el hecho de nutrirse con la carne de animales muertos para este fin. Además de las toxinas (purina, malveína, estricnina, etc.), contenidas habitualmente en la carne animal, se sabe que ciertos gérmenes invaden los tejidos en cuanto la vida deja de animar estos cuerpos, lo cual agrega un veneno terrible a esta alimentación, causa de tantas enfermedades y muertes prematuras.
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humanidad y, a más de los principios sociales, hay muchas diferencias de punto de vista originadas por reacciones biológicas y por efectos psicológicos diversos según tiempo, lugar, raza, etc.
Hago a menudo mención del caso de las costumbres tibetanas que aceptan tan fácilmente que la mujer pertenezca a cinco o seis maridos, y es conocido lo contrario en el Cercano Oriente, donde un hombre está en posesión frecuentemente de varias mujeres. ¿Cuál sería la verdadera moralidad? Si nosotros los europeos creemos ser los únicos bien equilibrados bastaría recordar las estadísticas de Segismundo Freud!..
Personalmente me entregué a la observación de las normas sexuales, pero resultó imposible la obtención de una base exacta sobre la frecuencia perfecta del coito. Todos los médicos, psicólogos, biólogos, etc., que se han dedicado a la misma averiguación deben expresar la misma conclusión. Las respuestas sobre el número de contactos sexuales varían en las estadísticas desde una vez por mes hasta cien veces en promedio! Numerosos son los interpelados que han expresado una necesidad de 1.000 coitos anuales, ¿cómo entonces tener una base de lo que es el equilibrio genital? Simplemente es que no hay una ley que pueda regir semejantes funciones. La regla debe ser establecida de acuerdo a la razón misma de la vida, de acuerdo al sentido concedido a la existencia, a la aspiración y al ideal que se ha desarrollado. El bien y el mal son concepciones humanas que no existen en la realidad más que en el plano mental y según la creación del espíritu de cada quien, así como también hay actos a los cuales podrían hacerse restricciones por su carácter de extrema relatividad, como veremos después.
El niyama son las reglas de vida indispensables para el estudiante de la yoga, más aún que al yoghi mismo. La purificación interna y externa se comprende como una disciplina necesaria al discípulo de todas las filosofías. El mérito de las disciplinas, las dificultades, la búsqueda de pruebas para obtener enseñanza, es incluído en esta regla, la cual hace parte de los ocho elementos básicos de la conducta del ser humano, según la yoga. Esta regla (niyama) consiste en el estudio de la ciencia, de la pureza, de la austeridad, del esmero hacia la perfección. La moral debe provenir de esas conclusiones, y es ella misma la que se manifestará, sin que estemos ahora en la obligación de analizar la perfecta conducta en la vida.
Por lo demás, una vez adquirido por el adepto el primer elemento básico: YAMA, constituido por las abstinencias, pasa él entonces solamente al NIYAMA el cual automáticamente le da la clave de su regla de vida. La ausencia de la vida sexual no significa, en lo absoluto, pureza moral; sin embargo, el aspecto biológico en este caso es de lo más importante, lo cual sabemos muy bien, pues la abstinencia de "relación" es pedida siempre al principio en la práctica de la yoga de la misma manera que la exigen en todas las demás órdenes místicas e iniciáticas, pues es una precaución elemental para aquellos que van a afrontar un dominio supranormal en el que se hace necesaria una tensión
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mental para el desarrollo de un magnetismo, para la obtención de fuerzas psíquicas o para la contemplación, todo lo cual resulta impracticable para aquellos que no quisieran plegarse a esta regla de control de los sentidos. El que sea más o menos prolongada la abstinencia de esta práctica elemental depende del resorte de posibilidades que puede ofrecer el discípulo, es decir, que una vez con el dominio absoluto de los sentidos, el yoghi puede permitirse escoger el género de vida que le plazca porque tiene el control completo de sus actos, y de ahí que puede transmutar las fuerzas desplegadas según el tipo de aprovechamiento que piense alcanzar.
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ASANAS
ASANAS son posiciones del cuerpo; cada movimiento debe tener una razón de ser y el conocimiento de los ademanes es de lo más importante tanto para la vibración desplegada como para la selección de las tonalidades que hay que dar a esos movimientos. Se ha dicho que el hombre adopta 84.000 posiciones diferentes y de ellas la ciencia yoga ha escogido las más importantes para que, debido a ellas, el cuerpo pueda ejercer en el control biológico y en el psicológico grandes posibilidades de evolución.
Ochenta y cuatro asanas tradicionales fueron consagradas por la Hatha-Yoga (control físico). Estas asanas corresponden en cierto modo a 84 familias de animales que viven sobre la Tierra. Si el número de las especies de criaturas vivientes en este planeta es exacto al número de las posturas escogidas por la Hatha-Yoga, debe existir igualmente una relación de Identificación en el orden de las ideas.
Asana-Jeya es la maestría completa en las asanas, lo cual es reconocido cuando el aprendiz yoghi puede sostener una postura por lo menos durante tres horas. En efecto, es necesario este lapso de tiempo con las respiraciones y concentraciones adecuadas para obtener un resultado efectivo, es decir, sentir el efecto de la asana.
Poco a poco en el mundo occidental la medicina oficial reconoce el beneficio de las asanas y numerosas revistas médicas y órganos científicos han difundido publicaciones relacionadas con la Hatha-Yoga. Ha sido bien demostrado que no solamente los enfermos han encontrado un notable mejoramiento o que han sanado completamente, sino que también una nueva energía fue introducida en el paciente por medio de la práctica de los ejercicios psico-físicos. Algunas de las posiciones son evidentemente muy complicadas y reservadas solamente para aquellos que desean dedicarse enteramente a la Asana-Yoga. Dos posiciones son aconsejables para todos, sin excepción de sexo, de edad o de estado de salud: la padmasana y la siddhasana.
La endocrinología es hoy cosa completamente admitida y observando los efectos patológicos todo proviene del funcionamiento de las glándulas llamadas endocrinas, lo cual constituye una confirmación de la Antigua Sabiduría de la India. Sería verdaderamente una lástima que la medicina moderna creyera haber descubierto algo nuevo en la aplicación endocrinológica, pues la yoga viene proclamando desde hace milenios ese mecanismo.
Todo lo referente a las posiciones del cuerpo está basado en el hecho de que las glándulas necesitan ser puestas en movimiento para que tengan un perfecto equilibrio que se manifiesta
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en primer lugar en la salud y posteriormente en el plano psíquico. Los chakras no son otra cosa que la emanación de los plexos endocrinos, es decir, los chakras representan la exacta relación de las glándulas a este respecto.
Los siete principales chakras son estos centros nervo-fluídicos, exactas reproducciones de los siete plexos bien conocidos de los ocultistas y son los efluvios sutiles de las 7 principales glándulas llamadas endocrinas.
La yoga ha proclamado siempre que las asanas tienen por objeto el restablecimiento del orden en los centros orgánicos por medio de la iluminación de los chakras, es decir, por el refuerzo al equilibrio de estos centros lo que equivale a las declaraciones que hace la ciencia moderna aprobando la necesidad de un equilibrio glandular sin el cual el organismo adquirirá enfermedades, desde las más extrañas hasta un desequilibrio mental y todos los demás desórdenes estudiados especialmente por Jung. El psicoanálisis tiene toda su ciencia basada en el estudio de las glándulas y de su relación interferencial.
El tratamiento médico (psicoanálisis y otros sistemas) de los que padecen desórdenes nerviosos, es una aplicación práctica de las lecciones de grandes Gurús de la India antigua. Es evidente que en los casos neuropáticos las asanas tienen mejores efectos, así como para la curación del reumatismo, del artritismo y todo lo que se relaciona con el gran simpático, aunque, en realidad, no hay límite en las posibilidades curativas de la yoga, ya que es en el sistema glandular completo en el que ejerce su acción. Basado en las asanas, todo el método de la Hatha-Yoga tiene, pues, como finalidad el control del organismo y del espíritu, lo que proporciona un resultado efectivo a todos los problemas de los humanos. Sabemos que si algunas glándulas, como la del timo (anahata-chakra), o la tiroides (viccudha-chakra), ocasionan efectos inmediatos en el cuerpo físico, otras, en cambio, como la pituitaria (agna-chakra) o la pineal (sahasra-padma), obran sobre las cuestiones más sutiles. Ello corrobora que las glándulas tienen varios dominios y que cada uno ocupa diversos sectores, tanto del cuerpo físico como del plano mental.
De ahí que las asanas han adquirido una gran importancia y no se toma a la Hatha-Yoga como un ejercicio exhibicionista, como algunos han pretendido verla, sino como un método curativo tanto del cuerpo como del espíritu. Su mecanismo llega a ser no solamente aceptable, sino que está en perfecto acuerdo con la ciencia moderna como lo han declarado varios sabios y numerosas personalidades eclesiásticas.
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PRANAYAMA
PRANAYAMA es el cuarto elemento básico en las disciplinas de la Yoga. Es el control de la respiración a fin de poner en movimiento ciertas fuerzas internas las cuales establecen poco a poco un perfecto equilibrio en los chakras. Esta maestría respiratoria tiene como base dos grandes ejercicios:
a) el cáliz exterior en que se trata de parar la respiración después de haber extraído todo el aire de los pulmones contando hasta 8 durante la expiración, deteniéndose a contar mentalmente hasta 16 y luego, contando hasta 4 al aspirar.
b) el cáliz interior es el ejercicio de parar la respiración después de haber aspirado; la aspiración se hace pensando en cuatro sílabas, se para durante 16 y se expira contando hasta 8.
Los ejercicios del control de la respiración son numerosos, pero siempre peligrosos en la ejecución sin la conducción de una persona enterada. No solamente la cadencia no acostumbrada de la respiración puede producir desórdenes orgánicos, sino aun la concentración en los puntos sutiles expone siempre al principiante a complicaciones mentales.
Mis discípulos han practicado siempre durante tres meses cuando menos los ejercicios corrientes de cultura física antes de abordar cualquier ritmo respiratorio, aún tratándose de respiraciones muy elementales. Yo pido a los estudiantesseis meses de trabajo preparatorio para principiar verdaderamente las asanas con trabajo de pranificación, y nunca autorizo a los adeptos a principiar con el pranayama completo sin cumplir un año de practica de Yoga.
Todas las cosas son un compuesto de AKHASH y de PRANA (cuerpo vulgar y cuerpo sutil), el compuesto material y la fuerza creativa, el uno negativo el otro positivo, amalgama de célula visible que forma una materia cualquiera y la esencia vital. Es como decir: el físico y el espíritu.
Cuando absorbemos una alimentación tal como la ensalada, la hoja verde y visible es lo que producirá la materia para nuestro organismo, pero las vitaminas serán la fuente de energía suprafísica. Bebiendo un vaso de agua hay que pensar que el líquido (akhash) penetra en nuestro cuerpo en tanto que también dirigimos el pensamiento hacia la parte sutil (prana) a fin de hacer la absorción por medio de nuestros centros psíquicos, acumuladores de la energía vital. La falta deprana, produce la ausencia de energía, bien conocida de los deportistas y que no consiste en sentir el cansancio de una ascensión ruda, sino
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en lo que los corredores llaman en su argot: “piernas de franela” o sea esa fatiga que varios de nosotros hemos sentido después de largas excursiones sintiéndonos descargados e impotentes.
La energía vital, el principio activo, el elemento dinámico, es el prana. Como dice el gran filósofo belga Maeterlinck: “El misterio, el eterno y gran misterio es la vida”... sí, la vida, esta chispa divina del movimiento es el prana.
Existen medios para recuperar y aumentar este prana, esta energía, y uno de estos medios es ofrecido por el PRANAYAMA.
En general, la respiración rítmica se hace de la siguiente manera: sentándose bien recto, pero sin rigidez, con la columna vertebral en línea lo más vertical posible, el mentón un poco recogido y los hombros un poco hacia atrás y las manos puestas simplemente sobre las piernas, hay que principiar entonces a inhalar lentamente, contando hasta seis por ejemplo, sin esfuerzo y según sus propias posibilidades, reteniendo el aire en los pulmones contando hasta tres, y exhalar lentamente el aire por la nariz contando hasta seis, para enseguida contar hasta tres con los pulmones vacíos. Ya habituado se puede aumentar el tiempo poco a poco hasta 4, después 5, luego 6, 7, etc., y llegar después de un período de algunos años de práctica, hasta 60 o 70 o más; pero, aun cuando lo he practicado regularmente, no lo he aconsejado a nadie así. Este ejercicio es muy provechoso cuando está bien ejecutado, sin embargo, siempre me ha asombrado ver con qué atrevimiento los principiantes tragan el aire en sus pulmones sin jamás practicar un método preparatorio... Ciertas organizaciones ocultas aconsejan a sus "clientes" las retenciones de la respiración; contra ellas me he opuesto siempre por haber observado, particularmente en América, el mal ocasionado por estas prácticas, demasiado rápidas en la búsqueda de la obtención de poderes supranormales.
Hay que saber, sin embargo, que la regularidad del ritmo es mucho más importante que la duración del período. Para tener certidumbre en el empleo del tiempo, lo mejor es tomar el ritmo de la pulsación del corazón y veo prudente no dejar nunca pasar más de 15 pulsaciones como tiempo inicial. Hay que practicar hasta que se sienta la oscilación del ritmo cardíaco produciendo una vibración en todo el cuerpo. No hay que olvidar que la retención de la respiración reclama un aporte sanguíneo, en la envoltura pulmonar, es decir, que extrayendo la energía cardiaca se expone al corazón a cierta fatiga y es también predisponerlo a la taquicardia. Por otra parte, nos expondríamos así igualmente a heridas en los pulmones y a otras complicaciones de las vías respiratorias. Todo ello debe hacernos reflexionar en el delicado empleo del pranayama que, sin embargo, persiste como un ejercicio de gran valor cuando es ejecutado bajo la guía de un Maestro.
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PRATYAHARA
PRATYAHARA es lo que la yoga plantea como la "supresión" de percepciones sensoriales orgánicas, pero que a mi manera de ver debe definirse como control de las percepciones sensoriales orgánicas, pues el ser humano tiene sus hábitos y un mecanismo nocivo inconsciente, y creo que la expresión control de percepciones conviene mejor, desde mi punto de vista, ya que pratyahara resultaría la función de la supresión total y no el control como personalmente lo entreveo.
Yo no acepto enteramente, como la yoga lo plantea, la teoría de suprimir las sensaciones (probablemente a causa de mi nacimiento en el Occidente). En efecto, no creo necesario, aun en el sentido de lo más espiritual, “suprimir” las funciones orgánicas en las cuales nuestro espíritu ha sido puesto para su evolución en el perfeccionamiento. La yoga tradicional pide la ausencia completa de emociones y hasta de las sensaciones mismas, en cambio, según mis principios reformadores (y es por esto, en efecto, que he empleado la palabra yoghismo) considero más aceptable y más equilibrado en general, adoptar los ejercicios de control de los sentidos.
No concibo bien cómo se pueda venir a esta existencia física a estar obligado a “matar” los sentidos o aun aceptar mortificaciones grotescas, lo cual no es difícil reconocer. No tengo tiempo de hablar de lo que concierne a la flagelación u otras mortificaciones empleadas por algunos “místicos” a los cuales estoy tentado a llamar más bien “míticos”. El sadismo de la Inquisición es demasiado conocido para que yo haga comentarios y, además, Wundt, primer fundador de un laboratorio para la experiencia psicológica, ya ha definido muy bien la cuestión mental en este género de sufrimientos corporales.
Hay una gran diferencia entre “suprimir” y controlar y me pregunto si los Grandes Maestros Antiguos no han querido insinuar más bien la maestría de los sentidos y de las emociones que la ruptura radical de estas sensaciones; sin embargo, dejo al cuidado y a la libertad de cada quien entenderlo como lo entienda. . . .
Al mismo tiempo voy a exponer un pequeño y rápido análisis sobre un planteamiento frenológico: ¿Sabe usted por qué la gallina canta cuando está poniendo? En la cabeza hay centros correspondientes a cada una de las funciones y el ejercer una acción produce un calentamiento en uno de los centros al cual corresponde esta acción, este centro inmediatamente reacciona
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comunicando a su vez a los centros vecinos un calor; sabiendo pues, que el centro de los órganos genitales se encuentra muy cerca del centro de los órganos de la garganta, se comprende la razón por la cual la gallina, en el momento de poner su huevo, tiene la necesidad de activar el órgano de su voz. Eso no es exclusivo de la gallina, pues la necesidad de emitir sonidos en el momento del orgasmo es bien conocida, en particular de las personas muy entregadas al acto sexual. El calentamiento excesivo en el cerebro del centro correspondiente al órgano sexual, le produce una excitación al centro correspondiente a los órganos de la garganta, poniendo en movimiento, entonces, las cuerdas vocales. Esta estricta relación de los órganos genitales con los de la garganta es mejor constatada por las mujeres en el período de la menstruación (23).
Héctor Durville, Col, de Rochas, Baraduc, E. Osty, el profesor Charcot y tantos otros han examinado particularmente estas protuberancias cervicales con relación a sus emanaciones magnéticas y es desde este punto de vista que las quiero examinar.
Suprimir una sensación es, si se puede decir así, “poner en frío” uno de estos centros de la cabeza, particularmente el que corresponda al sentido o a la emoción que queramos eliminar definitivamente. Si ponemos entonces “fuera de funciones” algunos de estos centros estaríamos en el derecho de preguntarnos si ello no es exponer a nuestras facultades a un estado de desequilibrio.
Al no existir más la percepción sensorial se cortan prontamente las funciones emanativas, y si entonces, por ejemplo, un aprendiz de yoga carece de una función orgánica indispensable y debido a que los centros frenológicos tienen sectores de transmisión, la cesación del funcionamiento podría no solamente ocasionar atrofias a los nervios sino también efectos psicológicos mucho más graves.
Cuando no se desea luz en un bombillo eléctrico se corta la corriente... Sería en este mismo orden que habría que proceder, pero como no se puede eliminar el interruptor, entonces por qué “suprimir” las funciones? En cambio es mucho más prudente operar como con un conmutador de línea telefónica cuando no se desea recibir alguna llamada. Es así ciertamente, en el
(23) La astrología demuestra en este punto su magnífico simbolismo. Cada uno de los signos del zodíaco resume una parte del cuerpo proporcionando según los aspectos las debilidades y aún las predisposiciones para las enfermedades. El signo del Toro es conocido como regente de la garganta, de la voz; al signo del Escorpión corresponden los órganos generadores y todo lo relacionado con el sexo. Como el signo del Toro está en el zodíaco exactamente opuesto al signo del Escorpión se ve la relación inmediata, aún más, la tradición astrológica demanda que se tome siempre en cuenta las oposiciones para el simbolismo. Así que Jesús de Nazareth no solamente tenía en su esquema natal la mayoría de los planetas en el signo de los Peces sino que también vino para manifestar la Era Cristiana, la Edad Pisciana. A su nacimiento, pues, cuando el sol en precesión equinoccial se encontraba en el grado cero de los Peces (constelación Piscis) estaba exactamente opuesto al signo de laVirgen (180º) Se dice que es nacido de una Virgen.
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sentido del CONTROL y no con la idea de la “supresión” que los Gurús han querido definir el pratyahara. Por otra parte, cómo explicar al estudiante la necesidad de una abstinencia cuando no hay motivo para exigirla y es más correcto presentarla como una transmutación. No habiendo recompensa en Yoga tampoco existe ninguna razón para supresiones o privaciones o cómo explicarlas entonces?. Por lo tanto, mediante mi planteamiento de transformación y de maestría de las sensaciones, doy a entender un objetivo más noble, una aspiración más sana, una obtención de un ideal más bello y más estable; en tal caso, naturalmente, el discípulo sabe la razón de su sacrificio, el ve el por qué de una maestría, de un control de sus instintos y aun la necesidad de dominar la pena, la alegría, el dolor o el goce. La “supresión”, tal como la dejan entender ciertas vulgarizaciones de la teoría de la yoga, consistiría en terminar con las percepciones sensoriales orgánicas y con la sensación de todas las apreciaciones; yo prefiero enseñar a controlar sus emociones a fin de no canalizar definitivamente el pensamiento de los demás ni imponer una dictadura espiritual y dejar libre al estudiante (después de algún tiempo de control) y que regrese a las percepciones sensoriales, si él lo desea...
En esta forma no hay votos sino una evolución lenta de poderes adquiridos mediante la simple voluntad natural acompañada de un entendimiento perfecto del por qué.
Los sístoles y diástoles son esos movimientos regulares del corazón que son producidos por la misteriosa fuerza llamada VIDA. Estas pulsaciones son independientes de nuestra voluntad y funcionan a razón de 72 latidos por minuto en un hombre adulto y sano. Si bien he dominado estos movimientos al punto de aumentar el número según mi voluntad y llevar los latidos a 140 por minuto como un simple ejercicio de control, nunca me vino la idea de seguir viviendo en este estado y al cabo de algunos instantes nuevamente dejé marchar mi órgano cardíaco en su curso normal. Cuando es inútil producir una energía suplementaria, para qué hacerlo? Del mismo modo pasa con el pratyahara; en tanto que el control para los ejercicios de perfeccionamiento sea indispensable o simplemente para la adquisición de una experiencia, es conveniente dar su energía en tal sentido, pero ya después por qué ofrecer toda su voluntad a ese trabajo cuando tanto necesitamos de esta fuerza creadora para otras labores mucho más útiles? Recuerdo mis primeros ejercicios de voluntad, como el dejar mi dedo encima de la llama de una vela en un pequeño concurso que habíamos organizado mi primo y yo, en aquel entonces de unos doce años de edad; esta energía fue ofrecida con el propósito de obtener una mayor voluntad; el momento de resistir era prolongado, a fe mía, con toda seriedad, pero hoy, aun en la posibilidad de dominar enteramente el dolor de una quemadura o controlar completamente las percepciones sensoriales, no creo útil hacerlo sino en el caso de una absoluta necesidad y nunca en un caso de exhibición. Es preferible vivir como un "don cualquiera" al tratarse de las pequeñas
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penas y no gastar su energía en futilidades, cuando la colectividad pide un aporte de vibraciones intensas como ayuda para la evolución de una mejor comprensión, la cual no podrá jamás resolverse por medio del fenomenismo, sino más bien con un lógico análisis y una enseñanza de ejemplo equilibrado.
“Suprimir” es un acto agresivo que no puede estar dentro de las ideas del yoghi; “suprimir” las percepciones es limitar la libertad de vida lo cual es completamente opuesto al ideal del yoghi; en cambio: controlar es transmutar en busca de mejores resultados. La “supresión” es contraria a la responsabilidad de los deberes que tenemos en esta encarnación. La idea de la "supresión" de las percepciones es desterrar para siempre las sensaciones, las cuales podrían después hacer falta, puesto que el ser evoluciona y nada es estático. Suprimir las posibilidades de goce al "tocar" sería al mismo tiempo suprimir el control acerca de las formas y de las cosas, sería eliminar una parte de la existencia: además, no tenemos derecho a “matar” la vida que nos fue entregada. Se trata, pues, de controlar el efecto de “tocar” a fin de no caer en la excitación mental, pero, por otra parte, se hace imposible distinguir si un plato es liso o es rugoso después de haber suprimido las percepciones orgánicas que rigen el sentido del tacto. Causas y efectos deben ser analizados seriamente antes de lanzarse en la práctica de la “supresión” sensorial. Las personas que han “matado” o embotado inconscientemente su sentido del gusto por medio de especias o alimentos fuertes, no pueden percibir el sabor bastante marcado de los millones de pequeños gusanos escondidos en la carne que por su cocimiento no propagan tanto su olor de putrefacción, el cual los vegetarianos perciben desde muy lejos, pero que no molesta a los necrófagos, carniceros, carnívoros, porque su olfato no posee ya más sus facultades perceptivas. Esta supresión del órgano del gusto o del olfato es la causa de que los seres coman carne, beban cerveza, vino, alcohol, fumen, etc., matando su salud y perdiendo por este hecho sus derechos a la evolución progresiva; no es natural matar el cuerpo poco a poco por medio de toxinas de carne animal, de nicotina, de alcohol y otros tantos productos nocivos para el hombre que así se está "suprimiendo" a causa de una completa inconsciencia de sus facultades.
El hombre debe vivir con naturalidad, lo que no quiere decir que sea según su instinto, porque evadidos del reino animal debemos vivir con una conciencia humana y no con un instinto animal.
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DHARANA
DHARANA que equivale a decir meditación, es uno de los puntos importantes de la filosofía yoga, y digo bien de la filosofía, porque la real importancia está en el conjunto de la disciplina respetada, disciplina que no es impuesta sino libremente consentida.
Dharana, es fijar su atención hacia un objeto (objetivo o subjetivo) sin que esta atención sea inmóvil, es decir, que debe haber visualización alrededor de dicho objeto.
Es con esta práctica que principia el estado final: atención, unión, iluminación, llamado SAMYAMA.
Dharana es la atención que prepara la unión en el objeto, es decir, la concentración (dhyana) que hará UNO del objeto y del sujeto para después el sujeto ser iluminado hacia la consciencia universal (samadhi). Samyama es, pues, el conjunto dharana-dhyana-samadhi que podrá ser actualizado solamente si el adepto ha practicado largamente las disciplinas elementales que ya he expuesto antes.
Evidentemente, en el mundo occidental numerosas personas hablan de meditación o de su concentración sin saber exactamente lo que eso significa, y ese pseudo-misticismo es de lo más peligroso no solamente para ellos mismos sino también para aquellos que los rodean a los cuales ellos ofrecen el espectáculo de un perfecto desequilibrio que después repugna a todos los buscadores de esta vía.
Parece que se habla demasiado rápido de “concentrarse” en una cosa o de meditar, cuando muy a menudo se trata de un ensueño o de un vago sueño. Cuántas veces he oído decir a esas gentiles damas, miembros de tantos comités, que están haciendo su meditación para salvar a las almas, para ayuda de los enfermos, para la paz del mundo, etc... sentimiento puro y magnífica manifestación de bondad, pero verdaderamente insuficiente al observar que estas personas ignoran todo lo del proceso meditativo que requiere un estado especial de la consciencia y un conocimiento profundo de las leyes de la física y del mecanismo biológico y filosófico.
Dharana es el sexto elemento de disciplina para el perfeccionamiento del individuo, pero pasar directamente a la meditación ignorando las abstinencias, las posturas, las reglas de vida, el control respiratorio, la maestría de las sensaciones (Yama-Niyama-Asanas-Pranayama-Pratyahara) sería algo así como los estudiantes del ocultismo fácil que hablan de la Rajas-Yoga
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sin haber estudiado nunca las primeras lecciones de la Hatha Yoga, como si pudiera pasarse a la Universidad antes de asistir a la escuela primaria.
Un programa existe para cada cosa; ignorarlo es exponerse a peores catástrofes. Evidentemente las mentalidades anarquistas actuales prefieren negar a los maestros y a la disciplina bautizándose de “Rajas-Yoghis”, como esos miembros de asociaciones secretas que alardean de grado iniciático aun antes de haber practicado el menor dominio de los vicios corrientes del hombre.
La meditación es el ejercicio del pensamiento que consiste en la prolongación de la vista interna sobre una cosa. Habría que tomar el cuidado antes de las meditaciones de aislarse mentalmente del mundo habitual sin perder por ello el control de la existencia, pero sin llegar al posible efecto inmediato de una especie de auto-hipnotismo que sería completamente opuesto a las doctrinas de la yoga y que es más bien objeto de práctica en el fakirismo.
Bodhidharma, el veintiochoavo Buddha, practicó intensamente la meditación y durante largos años se aislaba fijándose en una pared para practicar perfectamente este ejercicio. El monje de ojos claros, como fue apodado, ha dejado ciertamente instrucciones puras a sus discípulos cercanos, pero parece que el Zen (fundado con base en su enseñanza) pide de sus adeptos en nuestros tiempos mucho más que la contemplación, lo que desde mi punto de vista no es la misma cosa exactamente.
Bien es cierto que las órdenes contemplativas son numerosas en Europa y los ejercicios practicados en los conventos y monasterios son muy austeros, lo acepto, pero ellos no tienen este valor iluminativo de la meditación tal como lo concibe el dharana. Ciertas órdenes de la Iglesia Católica Romana son muy severas y observan bien las disciplinas, pero se trata siempre de la obtención de una especie de éxtasis que es contrario a la idea del progreso en Yoga: el yoghi sabe conservar su calma, su control y su conocimiento, en tanto que los místicos en general no toman en cuenta el estado en que se encuentran y buscan simplemente el punto final, el cual para ellos es la "beatitud" entendida en general en el sentido que le da la teología.
A su vez el místico hindú (al que no hay que confundir con el yoghi) por medio de las oraciones, del incienso, de los encantamientos, de las prolongadas vigilias, del ambiente de iglesia, etc…, todo como los religiosos de Occidente, intenta establecer un contacto con un plano sobrenatural, es decir, que en una especie de “trance” quiere resentir la presencia del “yo superior”. Es evidentemente una “rápida realización” que puede satisfacer a los que tienen paciencia del trabajo, de la verdadera meditación, la cual sí ofrecerá entonces las posibilidades no dé una ilusión mediumnímica como estoy tentado a llamarla, sino más bien una realización trascendental de la consciencia identificada con el dominio de donde emana.
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Nietzche se opone radicalmente al humanismo de Bacon porque deseaba la rápida transformación, y de allí su mística de lo grande más bien que la del bien.
No quiero calificarme de “tomista”, pero Santo Tomás de Aquino fue siempre para mí una fuente de inspiración y de documentación razonada. Si la Iglesia Católica Romana lo ha tomado como símbolo de su teología es porque este docto sabio fue uno de los mayores eruditos. Discípulo de Alberto el Grande (24), canonizado en 1934, Santo Tomás de Aquino quien toda su vida estudió ciencias positivas, dejó enseñanzas en espléndidos análisis y durante los últimos años de su vida prolongó las experiencias del éxtasis, resultando de esto, naturalmente, que él se hubiera negado a seguir escribiendo más (25). Santo Tomás de Aquino ha dejado numerosas obras sobre magia y ciencias ocultas en general; sus aforismos astrológicos demuestran que ha estudiado la ciencia de los astros, no en el sentido conjetural únicamente, sino que ofrece una seria astrología esotérica que me hace pensar qué lo que ha sido calificado como su “éxtasis”, en realidad se trata de algo muy superior.
Dharana, Dhyana y Samadhi son estados mucho más internos que los cinco precedentes y no pueden ser obtenidos sino por medio de una síntesis del saber y de la intuición, de la razón y de la sensación, de lo objetivo y de lo subjetivo.
Meditar antes de tener el conocimiento intelectual es exponerse a imaginaciones fértiles que producen las más inesperadas fantasmagorías y producen los pacientes para los grandes asilos de los enfermos mentales.
La meditación puede ser primeramente dirigida hacia objetos bien materiales y la aconsejo siempre a los principiantes; en efecto, ¿cómo podríamos dirigir nuestra meditación hacia una cosa que no está perfectamente conocida? Es risible que algunas personas pretendan meditar sobre Dios como si se tratara de ver la ultima obra teatral de renombre!...
Será preferible practicar durante algún tiempo, por ejemplo, imaginando un lápiz simplemente: podríamos, como objeto de meditación del día, pensar primero en una gimnástica del cerebro mediante el juego de la visualización de la madera que ha servido a la fabricación del lápiz, en seguida visualizando el árbol del cual fue extraída la madera, el bosque del cual fue obtenido el árbol, etc... Cuando el cerebro queda acostumbrado a este género de ejercicios, resultará más cómodo meditar sobre cosas de un orden mayor, como la Luna, el Sol, la Estrella Polar, etc... No me gusta dar a mis alumnos ni siquiera un ejemplo
(24) Alberto el Grande murió en el año 1280 después de haber estado ejerciendo el obispado de Ratisbona. Sus obras sobre alquimia, magia, astrología, son numerosas. El inició a Tomás de Aquino, al que dejó también notables obras de alquimia. Tomas de Aquino (1225-1274), denominado el Doctor Angélico, es el teólogo típico y, sin embargo, escribió todo lo que fue posible sobre filosofía hermética, conocimiento básico de la Yoga.
(25) Roberto Bridges, autor del “Testamento de la Belleza”, relata la decisión de Tomás de Aquino de no escribir más después de sus experiencias de éxtasis prolongado (Es el mismo principio de todos los perfectos yoghis que después de haber experimentado el gran éxtasis no quieren escribir más).
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de meditación sobre una determinada y preferida imagen de Dios, pues tal como ellos la conciban llegan más fácilmente a la divinización de sí mismos.
Poco a poco, cuando el pensamiento ha bogado alrededor del objeto, haciendo uso de la meditación, entonces hay que fijarlo más especialmente en el centro del objeto, es decir, más cerca de la realidad objetiva a fin de limitar el campo de la meditación para llegar a la concentración.
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YAMA, ASANA, ETC

Y A M A
YAMA: (no hay que confundirlo con el dios de la muerte de los Vedas). Es el primero de esta serie de principios y que es practicado más o menos por todo el mundo, pues cada quien respeta la abstinencia de matar, de robar, de la lujuria, etc. La conciencia, ay! siempre demasiado elástica, proporciona rápidamente motivos al ser humano para permitirle satisfacer sus vicios y sus pasiones, por lo cual la Ciencia Yoga presenta una conducta a observar rigurosamente.
En lo que se refiere a no matar no se limita solamente al crimen humano, sino también en los animales; simplemente el hecho de aceptar la carne de bestias sacrificadas es hacerse cómplice de un crimen, como también aquel que compra la carne creyendo que no es culpable adopta la misma actitud de los dictadores que pagan soldados especializados en la matanza. Es cierto que el hecho de comer legumbres no dispensa de matar, pero también es comprensible que "matar" una zanahoria, una lechuga, un nabo, no tiene la misma consecuencia que la matanza organizada de la pesca, la caza o el matadero. Aunque procedente de un Alma colectiva la "inteligencia" de un animal se acerca más al hombre que la consciencia celular de los vegetales, aun de los más evolucionados.
En lo concerniente a no matar, esta ley de abstención es mencionada en todas partes, tanto para los hebreos como para los cristianos o los budistas: Éxodo XX-13, Deuteronomio V-17, Levítico XIX-16, San Mateo V-21 y XIX-18, lo mismo que en el primer pansila (mandamiento) budista, etc.
Respecto a la abstención de la carne animal la mención está hecha más especialmente en: Génesis I-29 y IX-4; Levítico XXII-8, XVII-10, 11, 12, 13 y 14, y en igual forma en las Escrituras orientales (Vinaya-Pitaka, Suta-Nipata, etc.).
Existen también referencias en la Biblia a la abstinencia del alcohol, del vino, de la cerveza (Lev. X-9 y 10), así como para aquellos que se consagran a la vida cristiana (Libro de los Números VI-2 y 3); en igual forma se alude cuando se trata de un ser vertido a la santidad (Lucas I-15) y el mismo Gran Maestro de Nazareth ha mostrado su importancia (Lucas XXII-18). No solamente entre los hindúes existen los sannyasines para la vida de ermitaños consagrados a la Divinidad, sino que este género de vida también existe en las diversas religiones y, por ejemplo, en el cristianismo las leyes están dadas en numerosos pasajes bíblicos (Libro de los Números, cap. VI, vers. 1 al 6), igual-
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mente con respecto a las diversas abstenciones en la violencia, en la mentira, en el robo, en la lujuria, en los bienes (particularmente en San Lucas XIV-26). No debe existir, pues, ninguna novedad para los cristianos en estas abstenciones para la Yoga (21).
Podríamos prolongar las citas y las referencias, pero ya hoy está ampliamente demostrado, tanto por las autoridades religiosas como por los análisis científicos, que estas abstinencias de carne animal, de bebidas alcohólicas, de tabaco, etc., son los puntos de partida de toda evolución hacia cualquier perfeccionamiento que sea, por lo cual es inútil insistir más con respecto a esta cuestión. Ya sea en lo espiritual o únicamente en el plano material, lo que se denomina YAMA en Yoga, es en la vida corriente una pura precaución contra la degeneración de las facultades humanas. Los nombres más ilustres de la historia son un testimonio favorable al régimen naturista, como los de los grandes maestros:
Hanahpu, Quetzalcóatl, Huirakutcha, Osiris, Rama, Krishna, Lao-Tsé, Confucio, Buddha, Jesús. Los más grandes pensadores han defendido la causa vegetariana:
Pitágoras, Tales, Plutarco, Porfirio, Epicuro, Diógenes, Homero, Heráclito, Platón, Hipócrates, Sócrates, Aristóteles, Séneca, Cicerón, etc. Sin ninguna parcialidad se pueden nombrar las celebridades más diversas, ya sea de la ciencia, del arte o de la filosofía:
San Pedro, Leonardo da Vinci, Voltaire, Juan Jacobo Rousseau, Humboldt, Nietzche, Lamartine, Wagner y cuántas otras personalidades que se han distinguido en la manifestación humana practicando esta primera disciplina a la cual se ha unido el 50% de la humanidad.
En efecto, la mitad de los habitantes de nuestro planeta no ha aceptado todavía este signo elemental de la sabiduría que es el primer paso hacia la liberación final, la cual debe manifestarse por una Era de paz.
Hay reglas bien definidas en la vida y su falta de observancia produce catástrofes, como la de la Atlántida o como la que se está preparando en estos momentos si el mundo no procede a tiempo!... Las leyes del Cosmos son cosa bien establecida e ir en contra de esta organización tan perfecta significa abocar a la humanidad a su propia pérdida.
(21) Ciertas sectas cristianas y Ordenes Católicas siguen especialmente el régimen naturista, pero parece que estos preceptos han sido olvidados, apartando naturalmente aquellos que practican estrictamente la enseñanza del Cristo como los esenios, los mandeanos, los catharreos, los templarios, etc.
Las mismas referencias se pueden citar acerca de otras religiones, pero como mi libro está ofrecido principalmente al Occidente y en particular, quizás, al mundo cristiano, es en la Biblia que encuentro el mayor apoyo.
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NIYAMA
NIYAMA, es el nombre dado en Yoga a estos reglamentos que naturalmente principian por esta purificación tanto interna como externa que el ser humano debe observar.
En primer lugar, la purificación interna, es decir su estado de espíritu no podrá ser correctamente dirigido sin antes haber realizado la unidad de todas las cosas en un mundo que gira en diversas tonalidades suscitando reinos llamados: mineral, vegetal, animal, humano y suprahumano.
La destrucción de uno u otro de estos reinos sería provocar un desequilibrio en lo Infinitamente Grande. Si en lugar de concentrar su energía en la destrucción, el ser humano pensara en lo constructivo, desde hace mucho tiempo nuestro mundo podría haber sido reintegrado en la beatitud original (me expreso así para permanecer dentro del marco teológico).
Se ha pensado alguna vez en la paciencia de un espíritu destructivo que pasa un día entero con un junco en la mano tratando de eliminar a un animalito de unos centímetros de largo que vive en un elemento líquido a fin de no molestar al hombre? Este desequilibrio mental que empuja al ser humano y que despierta en él una sensación casi sensual cuando ve un pez luchando contra la muerte, es bien conocido de los psiquiatras. El caso de la sensualidad mórbida ha sido muy a menudo descrito para que tenga yo que agregar mi opinión acerca de todos esos pobres necios humanos que regresan del bosque con el fusil al hombro y algunas bestezuelas inofensivas en el morral. Bien como cazador o pescador, el hombre oculta su complejo de inferioridad, así como requiere el hábito de los excitantes (té, café, alcohol, nicotina, etc.) para disfrazar su falta de control (lo que en realidad lo empeora más todavía).
Se tomaba la precaución en España de que antes de llevar a usted a una gran corrida lo hacían beber copiosamente y le invitaban a comer grandes raciones de carne a fin de soportar el espectáculo de una corrida de toros. Nunca un español podría “apreciar" tan bien el espectáculo, como teniendo una botella de vino en su mano; el placer de presenciar la muerte del animal es, pues, un estado de desequilibrio de estos pobres "aficionados" a las corridas de toros. Al no poder resistir la estupidez de sus contemporáneos el hombre tiene evidentemente la necesidad de animalizarse absorbiendo una alimentación de carnes y tiene que buscar escapar al aburrimiento mediante las bebidas y los estupefacientes, para no reaccionar fuertemente contra el rumbo que toma la humanidad actual. Conozco la reacción gene-
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ral del momento: hay grandes sabios que, sin embargo, comen carne, fuman y beben... bueno, estoy de acuerdo hasta cierto punto solamente, pues ya confesé más de una vez públicamente que no estuve de ningún modo orgulloso de mis diversos diplomas que solamente demuestran mi estupidez científica, pues para qué me sirven mis doctorados si no para demostrar que he copiado debidamente a mis predecesores sin preocuparme de una opinión personal? Qué prueban mis grados y calificaciones diversas sino que he aceptado bien toda la ciencia inexacta impotente de nuestros días? Hay que estar de acuerdo, en que la medicina actual está muy lejos de poseer el procedimiento de momificación que los egipcios practicaban comúnmente, y en que igualmente nuestras matemáticas son todas una hipótesis relativa en comparación de la antigua Numerología, y debo confesar que no fue en la Universidad en donde me han dado la fórmula de la transmutación de los metales que hacía parte en otro tiempo de la física vulgar… Olvidando, pues, mis títulos no puedo entonces conmoverme al anuncio de los títulos de otros, a excepción, sin embargo, de aquellos que se aplican al rango de los: Einstein, Varcollier, Alexis Carrel, Marcelin Berthelot y otros revolucionarios de la ciencia (o renovadores del conocimiento antiguo).
El Niyama consiste aún en otras abstinencias, además de las anteriores reglas elementales de la vida:
La purificación no es completa si es limitada únicamente a una sana nutrición; así como el cuerpo no está hecho para recibir alimentación de necrófago (22), el espíritu, por su parte, igualmente debe ser dueño de sus hábitos (dominar sus malas costumbres).
Aunque la manera de pensar no es cosa fácil de controlar, no se puede llegar a una supremacía espiritual sin la capacidad de pensar correctamente. Sería necesario largo tiempo para analizar lo que se puede llamar “pensar correctamente”, pues es natural que no es cuestión de aprobar automáticamente los géneros de pensamiento reconocidos habitualmente como buenos; por ejemplo, lo “bueno” y lo “malo” son simples concepciones, pues cada uno puede definir perfectamente el sentido de lo “bueno” y de lo “malo”: pero ello en cuanto a su propio juicio sin preocuparse de la apreciación de los demás. Nosotros tenemos en nuestro Ashram de Maracay, Venezuela, un aviso en la pared muy propio para este caso: “La libertad del uno se termina cuando principia la libertad del otro”.
El establecimiento de una moral universal será la cosa más complicada de establecer en este mundo; lo que conviene a uno no conviene a otro; tantas cuestiones hay ahí para dividir la
(22) Necrófago, aquel que come cadáveres, carne de un muerto. Hacer su almuerzo con productos provenientes del buey, del cerdo, del ternero, del venado, de aves o de peces es ser necrófago, por el hecho de nutrirse con la carne de animales muertos para este fin. Además de las toxinas (purina, malveína, estricnina, etc.), contenidas habitualmente en la carne animal, se sabe que ciertos gérmenes invaden los tejidos en cuanto la vida deja de animar estos cuerpos, lo cual agrega un veneno terrible a esta alimentación, causa de tantas enfermedades y muertes prematuras.
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humanidad y, a más de los principios sociales, hay muchas diferencias de punto de vista originadas por reacciones biológicas y por efectos psicológicos diversos según tiempo, lugar, raza, etc.
Hago a menudo mención del caso de las costumbres tibetanas que aceptan tan fácilmente que la mujer pertenezca a cinco o seis maridos, y es conocido lo contrario en el Cercano Oriente, donde un hombre está en posesión frecuentemente de varias mujeres. ¿Cuál sería la verdadera moralidad? Si nosotros los europeos creemos ser los únicos bien equilibrados bastaría recordar las estadísticas de Segismundo Freud!..
Personalmente me entregué a la observación de las normas sexuales, pero resultó imposible la obtención de una base exacta sobre la frecuencia perfecta del coito. Todos los médicos, psicólogos, biólogos, etc., que se han dedicado a la misma averiguación deben expresar la misma conclusión. Las respuestas sobre el número de contactos sexuales varían en las estadísticas desde una vez por mes hasta cien veces en promedio! Numerosos son los interpelados que han expresado una necesidad de 1.000 coitos anuales, ¿cómo entonces tener una base de lo que es el equilibrio genital? Simplemente es que no hay una ley que pueda regir semejantes funciones. La regla debe ser establecida de acuerdo a la razón misma de la vida, de acuerdo al sentido concedido a la existencia, a la aspiración y al ideal que se ha desarrollado. El bien y el mal son concepciones humanas que no existen en la realidad más que en el plano mental y según la creación del espíritu de cada quien, así como también hay actos a los cuales podrían hacerse restricciones por su carácter de extrema relatividad, como veremos después.
El niyama son las reglas de vida indispensables para el estudiante de la yoga, más aún que al yoghi mismo. La purificación interna y externa se comprende como una disciplina necesaria al discípulo de todas las filosofías. El mérito de las disciplinas, las dificultades, la búsqueda de pruebas para obtener enseñanza, es incluído en esta regla, la cual hace parte de los ocho elementos básicos de la conducta del ser humano, según la yoga. Esta regla (niyama) consiste en el estudio de la ciencia, de la pureza, de la austeridad, del esmero hacia la perfección. La moral debe provenir de esas conclusiones, y es ella misma la que se manifestará, sin que estemos ahora en la obligación de analizar la perfecta conducta en la vida.
Por lo demás, una vez adquirido por el adepto el primer elemento básico: YAMA, constituido por las abstinencias, pasa él entonces solamente al NIYAMA el cual automáticamente le da la clave de su regla de vida. La ausencia de la vida sexual no significa, en lo absoluto, pureza moral; sin embargo, el aspecto biológico en este caso es de lo más importante, lo cual sabemos muy bien, pues la abstinencia de "relación" es pedida siempre al principio en la práctica de la yoga de la misma manera que la exigen en todas las demás órdenes místicas e iniciáticas, pues es una precaución elemental para aquellos que van a afrontar un dominio supranormal en el que se hace necesaria una tensión
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mental para el desarrollo de un magnetismo, para la obtención de fuerzas psíquicas o para la contemplación, todo lo cual resulta impracticable para aquellos que no quisieran plegarse a esta regla de control de los sentidos. El que sea más o menos prolongada la abstinencia de esta práctica elemental depende del resorte de posibilidades que puede ofrecer el discípulo, es decir, que una vez con el dominio absoluto de los sentidos, el yoghi puede permitirse escoger el género de vida que le plazca porque tiene el control completo de sus actos, y de ahí que puede transmutar las fuerzas desplegadas según el tipo de aprovechamiento que piense alcanzar.
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ASANAS
ASANAS son posiciones del cuerpo; cada movimiento debe tener una razón de ser y el conocimiento de los ademanes es de lo más importante tanto para la vibración desplegada como para la selección de las tonalidades que hay que dar a esos movimientos. Se ha dicho que el hombre adopta 84.000 posiciones diferentes y de ellas la ciencia yoga ha escogido las más importantes para que, debido a ellas, el cuerpo pueda ejercer en el control biológico y en el psicológico grandes posibilidades de evolución.
Ochenta y cuatro asanas tradicionales fueron consagradas por la Hatha-Yoga (control físico). Estas asanas corresponden en cierto modo a 84 familias de animales que viven sobre la Tierra. Si el número de las especies de criaturas vivientes en este planeta es exacto al número de las posturas escogidas por la Hatha-Yoga, debe existir igualmente una relación de Identificación en el orden de las ideas.
Asana-Jeya es la maestría completa en las asanas, lo cual es reconocido cuando el aprendiz yoghi puede sostener una postura por lo menos durante tres horas. En efecto, es necesario este lapso de tiempo con las respiraciones y concentraciones adecuadas para obtener un resultado efectivo, es decir, sentir el efecto de la asana.
Poco a poco en el mundo occidental la medicina oficial reconoce el beneficio de las asanas y numerosas revistas médicas y órganos científicos han difundido publicaciones relacionadas con la Hatha-Yoga. Ha sido bien demostrado que no solamente los enfermos han encontrado un notable mejoramiento o que han sanado completamente, sino que también una nueva energía fue introducida en el paciente por medio de la práctica de los ejercicios psico-físicos. Algunas de las posiciones son evidentemente muy complicadas y reservadas solamente para aquellos que desean dedicarse enteramente a la Asana-Yoga. Dos posiciones son aconsejables para todos, sin excepción de sexo, de edad o de estado de salud: la padmasana y la siddhasana.
La endocrinología es hoy cosa completamente admitida y observando los efectos patológicos todo proviene del funcionamiento de las glándulas llamadas endocrinas, lo cual constituye una confirmación de la Antigua Sabiduría de la India. Sería verdaderamente una lástima que la medicina moderna creyera haber descubierto algo nuevo en la aplicación endocrinológica, pues la yoga viene proclamando desde hace milenios ese mecanismo.
Todo lo referente a las posiciones del cuerpo está basado en el hecho de que las glándulas necesitan ser puestas en movimiento para que tengan un perfecto equilibrio que se manifiesta
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en primer lugar en la salud y posteriormente en el plano psíquico. Los chakras no son otra cosa que la emanación de los plexos endocrinos, es decir, los chakras representan la exacta relación de las glándulas a este respecto.
Los siete principales chakras son estos centros nervo-fluídicos, exactas reproducciones de los siete plexos bien conocidos de los ocultistas y son los efluvios sutiles de las 7 principales glándulas llamadas endocrinas.
La yoga ha proclamado siempre que las asanas tienen por objeto el restablecimiento del orden en los centros orgánicos por medio de la iluminación de los chakras, es decir, por el refuerzo al equilibrio de estos centros lo que equivale a las declaraciones que hace la ciencia moderna aprobando la necesidad de un equilibrio glandular sin el cual el organismo adquirirá enfermedades, desde las más extrañas hasta un desequilibrio mental y todos los demás desórdenes estudiados especialmente por Jung. El psicoanálisis tiene toda su ciencia basada en el estudio de las glándulas y de su relación interferencial.
El tratamiento médico (psicoanálisis y otros sistemas) de los que padecen desórdenes nerviosos, es una aplicación práctica de las lecciones de grandes Gurús de la India antigua. Es evidente que en los casos neuropáticos las asanas tienen mejores efectos, así como para la curación del reumatismo, del artritismo y todo lo que se relaciona con el gran simpático, aunque, en realidad, no hay límite en las posibilidades curativas de la yoga, ya que es en el sistema glandular completo en el que ejerce su acción. Basado en las asanas, todo el método de la Hatha-Yoga tiene, pues, como finalidad el control del organismo y del espíritu, lo que proporciona un resultado efectivo a todos los problemas de los humanos. Sabemos que si algunas glándulas, como la del timo (anahata-chakra), o la tiroides (viccudha-chakra), ocasionan efectos inmediatos en el cuerpo físico, otras, en cambio, como la pituitaria (agna-chakra) o la pineal (sahasra-padma), obran sobre las cuestiones más sutiles. Ello corrobora que las glándulas tienen varios dominios y que cada uno ocupa diversos sectores, tanto del cuerpo físico como del plano mental.
De ahí que las asanas han adquirido una gran importancia y no se toma a la Hatha-Yoga como un ejercicio exhibicionista, como algunos han pretendido verla, sino como un método curativo tanto del cuerpo como del espíritu. Su mecanismo llega a ser no solamente aceptable, sino que está en perfecto acuerdo con la ciencia moderna como lo han declarado varios sabios y numerosas personalidades eclesiásticas.
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PRANAYAMA
PRANAYAMA es el cuarto elemento básico en las disciplinas de la Yoga. Es el control de la respiración a fin de poner en movimiento ciertas fuerzas internas las cuales establecen poco a poco un perfecto equilibrio en los chakras. Esta maestría respiratoria tiene como base dos grandes ejercicios:
a) el cáliz exterior en que se trata de parar la respiración después de haber extraído todo el aire de los pulmones contando hasta 8 durante la expiración, deteniéndose a contar mentalmente hasta 16 y luego, contando hasta 4 al aspirar.
b) el cáliz interior es el ejercicio de parar la respiración después de haber aspirado; la aspiración se hace pensando en cuatro sílabas, se para durante 16 y se expira contando hasta 8.
Los ejercicios del control de la respiración son numerosos, pero siempre peligrosos en la ejecución sin la conducción de una persona enterada. No solamente la cadencia no acostumbrada de la respiración puede producir desórdenes orgánicos, sino aun la concentración en los puntos sutiles expone siempre al principiante a complicaciones mentales.
Mis discípulos han practicado siempre durante tres meses cuando menos los ejercicios corrientes de cultura física antes de abordar cualquier ritmo respiratorio, aún tratándose de respiraciones muy elementales. Yo pido a los estudiantesseis meses de trabajo preparatorio para principiar verdaderamente las asanas con trabajo de pranificación, y nunca autorizo a los adeptos a principiar con el pranayama completo sin cumplir un año de practica de Yoga.
Todas las cosas son un compuesto de AKHASH y de PRANA (cuerpo vulgar y cuerpo sutil), el compuesto material y la fuerza creativa, el uno negativo el otro positivo, amalgama de célula visible que forma una materia cualquiera y la esencia vital. Es como decir: el físico y el espíritu.
Cuando absorbemos una alimentación tal como la ensalada, la hoja verde y visible es lo que producirá la materia para nuestro organismo, pero las vitaminas serán la fuente de energía suprafísica. Bebiendo un vaso de agua hay que pensar que el líquido (akhash) penetra en nuestro cuerpo en tanto que también dirigimos el pensamiento hacia la parte sutil (prana) a fin de hacer la absorción por medio de nuestros centros psíquicos, acumuladores de la energía vital. La falta deprana, produce la ausencia de energía, bien conocida de los deportistas y que no consiste en sentir el cansancio de una ascensión ruda, sino
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en lo que los corredores llaman en su argot: “piernas de franela” o sea esa fatiga que varios de nosotros hemos sentido después de largas excursiones sintiéndonos descargados e impotentes.
La energía vital, el principio activo, el elemento dinámico, es el prana. Como dice el gran filósofo belga Maeterlinck: “El misterio, el eterno y gran misterio es la vida”... sí, la vida, esta chispa divina del movimiento es el prana.
Existen medios para recuperar y aumentar este prana, esta energía, y uno de estos medios es ofrecido por el PRANAYAMA.
En general, la respiración rítmica se hace de la siguiente manera: sentándose bien recto, pero sin rigidez, con la columna vertebral en línea lo más vertical posible, el mentón un poco recogido y los hombros un poco hacia atrás y las manos puestas simplemente sobre las piernas, hay que principiar entonces a inhalar lentamente, contando hasta seis por ejemplo, sin esfuerzo y según sus propias posibilidades, reteniendo el aire en los pulmones contando hasta tres, y exhalar lentamente el aire por la nariz contando hasta seis, para enseguida contar hasta tres con los pulmones vacíos. Ya habituado se puede aumentar el tiempo poco a poco hasta 4, después 5, luego 6, 7, etc., y llegar después de un período de algunos años de práctica, hasta 60 o 70 o más; pero, aun cuando lo he practicado regularmente, no lo he aconsejado a nadie así. Este ejercicio es muy provechoso cuando está bien ejecutado, sin embargo, siempre me ha asombrado ver con qué atrevimiento los principiantes tragan el aire en sus pulmones sin jamás practicar un método preparatorio... Ciertas organizaciones ocultas aconsejan a sus "clientes" las retenciones de la respiración; contra ellas me he opuesto siempre por haber observado, particularmente en América, el mal ocasionado por estas prácticas, demasiado rápidas en la búsqueda de la obtención de poderes supranormales.
Hay que saber, sin embargo, que la regularidad del ritmo es mucho más importante que la duración del período. Para tener certidumbre en el empleo del tiempo, lo mejor es tomar el ritmo de la pulsación del corazón y veo prudente no dejar nunca pasar más de 15 pulsaciones como tiempo inicial. Hay que practicar hasta que se sienta la oscilación del ritmo cardíaco produciendo una vibración en todo el cuerpo. No hay que olvidar que la retención de la respiración reclama un aporte sanguíneo, en la envoltura pulmonar, es decir, que extrayendo la energía cardiaca se expone al corazón a cierta fatiga y es también predisponerlo a la taquicardia. Por otra parte, nos expondríamos así igualmente a heridas en los pulmones y a otras complicaciones de las vías respiratorias. Todo ello debe hacernos reflexionar en el delicado empleo del pranayama que, sin embargo, persiste como un ejercicio de gran valor cuando es ejecutado bajo la guía de un Maestro.
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PRATYAHARA
PRATYAHARA es lo que la yoga plantea como la "supresión" de percepciones sensoriales orgánicas, pero que a mi manera de ver debe definirse como control de las percepciones sensoriales orgánicas, pues el ser humano tiene sus hábitos y un mecanismo nocivo inconsciente, y creo que la expresión control de percepciones conviene mejor, desde mi punto de vista, ya que pratyahara resultaría la función de la supresión total y no el control como personalmente lo entreveo.
Yo no acepto enteramente, como la yoga lo plantea, la teoría de suprimir las sensaciones (probablemente a causa de mi nacimiento en el Occidente). En efecto, no creo necesario, aun en el sentido de lo más espiritual, “suprimir” las funciones orgánicas en las cuales nuestro espíritu ha sido puesto para su evolución en el perfeccionamiento. La yoga tradicional pide la ausencia completa de emociones y hasta de las sensaciones mismas, en cambio, según mis principios reformadores (y es por esto, en efecto, que he empleado la palabra yoghismo) considero más aceptable y más equilibrado en general, adoptar los ejercicios de control de los sentidos.
No concibo bien cómo se pueda venir a esta existencia física a estar obligado a “matar” los sentidos o aun aceptar mortificaciones grotescas, lo cual no es difícil reconocer. No tengo tiempo de hablar de lo que concierne a la flagelación u otras mortificaciones empleadas por algunos “místicos” a los cuales estoy tentado a llamar más bien “míticos”. El sadismo de la Inquisición es demasiado conocido para que yo haga comentarios y, además, Wundt, primer fundador de un laboratorio para la experiencia psicológica, ya ha definido muy bien la cuestión mental en este género de sufrimientos corporales.
Hay una gran diferencia entre “suprimir” y controlar y me pregunto si los Grandes Maestros Antiguos no han querido insinuar más bien la maestría de los sentidos y de las emociones que la ruptura radical de estas sensaciones; sin embargo, dejo al cuidado y a la libertad de cada quien entenderlo como lo entienda. . . .
Al mismo tiempo voy a exponer un pequeño y rápido análisis sobre un planteamiento frenológico: ¿Sabe usted por qué la gallina canta cuando está poniendo? En la cabeza hay centros correspondientes a cada una de las funciones y el ejercer una acción produce un calentamiento en uno de los centros al cual corresponde esta acción, este centro inmediatamente reacciona
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comunicando a su vez a los centros vecinos un calor; sabiendo pues, que el centro de los órganos genitales se encuentra muy cerca del centro de los órganos de la garganta, se comprende la razón por la cual la gallina, en el momento de poner su huevo, tiene la necesidad de activar el órgano de su voz. Eso no es exclusivo de la gallina, pues la necesidad de emitir sonidos en el momento del orgasmo es bien conocida, en particular de las personas muy entregadas al acto sexual. El calentamiento excesivo en el cerebro del centro correspondiente al órgano sexual, le produce una excitación al centro correspondiente a los órganos de la garganta, poniendo en movimiento, entonces, las cuerdas vocales. Esta estricta relación de los órganos genitales con los de la garganta es mejor constatada por las mujeres en el período de la menstruación (23).
Héctor Durville, Col, de Rochas, Baraduc, E. Osty, el profesor Charcot y tantos otros han examinado particularmente estas protuberancias cervicales con relación a sus emanaciones magnéticas y es desde este punto de vista que las quiero examinar.
Suprimir una sensación es, si se puede decir así, “poner en frío” uno de estos centros de la cabeza, particularmente el que corresponda al sentido o a la emoción que queramos eliminar definitivamente. Si ponemos entonces “fuera de funciones” algunos de estos centros estaríamos en el derecho de preguntarnos si ello no es exponer a nuestras facultades a un estado de desequilibrio.
Al no existir más la percepción sensorial se cortan prontamente las funciones emanativas, y si entonces, por ejemplo, un aprendiz de yoga carece de una función orgánica indispensable y debido a que los centros frenológicos tienen sectores de transmisión, la cesación del funcionamiento podría no solamente ocasionar atrofias a los nervios sino también efectos psicológicos mucho más graves.
Cuando no se desea luz en un bombillo eléctrico se corta la corriente... Sería en este mismo orden que habría que proceder, pero como no se puede eliminar el interruptor, entonces por qué “suprimir” las funciones? En cambio es mucho más prudente operar como con un conmutador de línea telefónica cuando no se desea recibir alguna llamada. Es así ciertamente, en el
(23) La astrología demuestra en este punto su magnífico simbolismo. Cada uno de los signos del zodíaco resume una parte del cuerpo proporcionando según los aspectos las debilidades y aún las predisposiciones para las enfermedades. El signo del Toro es conocido como regente de la garganta, de la voz; al signo del Escorpión corresponden los órganos generadores y todo lo relacionado con el sexo. Como el signo del Toro está en el zodíaco exactamente opuesto al signo del Escorpión se ve la relación inmediata, aún más, la tradición astrológica demanda que se tome siempre en cuenta las oposiciones para el simbolismo. Así que Jesús de Nazareth no solamente tenía en su esquema natal la mayoría de los planetas en el signo de los Peces sino que también vino para manifestar la Era Cristiana, la Edad Pisciana. A su nacimiento, pues, cuando el sol en precesión equinoccial se encontraba en el grado cero de los Peces (constelación Piscis) estaba exactamente opuesto al signo de laVirgen (180º) Se dice que es nacido de una Virgen.
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sentido del CONTROL y no con la idea de la “supresión” que los Gurús han querido definir el pratyahara. Por otra parte, cómo explicar al estudiante la necesidad de una abstinencia cuando no hay motivo para exigirla y es más correcto presentarla como una transmutación. No habiendo recompensa en Yoga tampoco existe ninguna razón para supresiones o privaciones o cómo explicarlas entonces?. Por lo tanto, mediante mi planteamiento de transformación y de maestría de las sensaciones, doy a entender un objetivo más noble, una aspiración más sana, una obtención de un ideal más bello y más estable; en tal caso, naturalmente, el discípulo sabe la razón de su sacrificio, el ve el por qué de una maestría, de un control de sus instintos y aun la necesidad de dominar la pena, la alegría, el dolor o el goce. La “supresión”, tal como la dejan entender ciertas vulgarizaciones de la teoría de la yoga, consistiría en terminar con las percepciones sensoriales orgánicas y con la sensación de todas las apreciaciones; yo prefiero enseñar a controlar sus emociones a fin de no canalizar definitivamente el pensamiento de los demás ni imponer una dictadura espiritual y dejar libre al estudiante (después de algún tiempo de control) y que regrese a las percepciones sensoriales, si él lo desea...
En esta forma no hay votos sino una evolución lenta de poderes adquiridos mediante la simple voluntad natural acompañada de un entendimiento perfecto del por qué.
Los sístoles y diástoles son esos movimientos regulares del corazón que son producidos por la misteriosa fuerza llamada VIDA. Estas pulsaciones son independientes de nuestra voluntad y funcionan a razón de 72 latidos por minuto en un hombre adulto y sano. Si bien he dominado estos movimientos al punto de aumentar el número según mi voluntad y llevar los latidos a 140 por minuto como un simple ejercicio de control, nunca me vino la idea de seguir viviendo en este estado y al cabo de algunos instantes nuevamente dejé marchar mi órgano cardíaco en su curso normal. Cuando es inútil producir una energía suplementaria, para qué hacerlo? Del mismo modo pasa con el pratyahara; en tanto que el control para los ejercicios de perfeccionamiento sea indispensable o simplemente para la adquisición de una experiencia, es conveniente dar su energía en tal sentido, pero ya después por qué ofrecer toda su voluntad a ese trabajo cuando tanto necesitamos de esta fuerza creadora para otras labores mucho más útiles? Recuerdo mis primeros ejercicios de voluntad, como el dejar mi dedo encima de la llama de una vela en un pequeño concurso que habíamos organizado mi primo y yo, en aquel entonces de unos doce años de edad; esta energía fue ofrecida con el propósito de obtener una mayor voluntad; el momento de resistir era prolongado, a fe mía, con toda seriedad, pero hoy, aun en la posibilidad de dominar enteramente el dolor de una quemadura o controlar completamente las percepciones sensoriales, no creo útil hacerlo sino en el caso de una absoluta necesidad y nunca en un caso de exhibición. Es preferible vivir como un "don cualquiera" al tratarse de las pequeñas
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penas y no gastar su energía en futilidades, cuando la colectividad pide un aporte de vibraciones intensas como ayuda para la evolución de una mejor comprensión, la cual no podrá jamás resolverse por medio del fenomenismo, sino más bien con un lógico análisis y una enseñanza de ejemplo equilibrado.
“Suprimir” es un acto agresivo que no puede estar dentro de las ideas del yoghi; “suprimir” las percepciones es limitar la libertad de vida lo cual es completamente opuesto al ideal del yoghi; en cambio: controlar es transmutar en busca de mejores resultados. La “supresión” es contraria a la responsabilidad de los deberes que tenemos en esta encarnación. La idea de la "supresión" de las percepciones es desterrar para siempre las sensaciones, las cuales podrían después hacer falta, puesto que el ser evoluciona y nada es estático. Suprimir las posibilidades de goce al "tocar" sería al mismo tiempo suprimir el control acerca de las formas y de las cosas, sería eliminar una parte de la existencia: además, no tenemos derecho a “matar” la vida que nos fue entregada. Se trata, pues, de controlar el efecto de “tocar” a fin de no caer en la excitación mental, pero, por otra parte, se hace imposible distinguir si un plato es liso o es rugoso después de haber suprimido las percepciones orgánicas que rigen el sentido del tacto. Causas y efectos deben ser analizados seriamente antes de lanzarse en la práctica de la “supresión” sensorial. Las personas que han “matado” o embotado inconscientemente su sentido del gusto por medio de especias o alimentos fuertes, no pueden percibir el sabor bastante marcado de los millones de pequeños gusanos escondidos en la carne que por su cocimiento no propagan tanto su olor de putrefacción, el cual los vegetarianos perciben desde muy lejos, pero que no molesta a los necrófagos, carniceros, carnívoros, porque su olfato no posee ya más sus facultades perceptivas. Esta supresión del órgano del gusto o del olfato es la causa de que los seres coman carne, beban cerveza, vino, alcohol, fumen, etc., matando su salud y perdiendo por este hecho sus derechos a la evolución progresiva; no es natural matar el cuerpo poco a poco por medio de toxinas de carne animal, de nicotina, de alcohol y otros tantos productos nocivos para el hombre que así se está "suprimiendo" a causa de una completa inconsciencia de sus facultades.
El hombre debe vivir con naturalidad, lo que no quiere decir que sea según su instinto, porque evadidos del reino animal debemos vivir con una conciencia humana y no con un instinto animal.
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DHARANA
DHARANA que equivale a decir meditación, es uno de los puntos importantes de la filosofía yoga, y digo bien de la filosofía, porque la real importancia está en el conjunto de la disciplina respetada, disciplina que no es impuesta sino libremente consentida.
Dharana, es fijar su atención hacia un objeto (objetivo o subjetivo) sin que esta atención sea inmóvil, es decir, que debe haber visualización alrededor de dicho objeto.
Es con esta práctica que principia el estado final: atención, unión, iluminación, llamado SAMYAMA.
Dharana es la atención que prepara la unión en el objeto, es decir, la concentración (dhyana) que hará UNO del objeto y del sujeto para después el sujeto ser iluminado hacia la consciencia universal (samadhi). Samyama es, pues, el conjunto dharana-dhyana-samadhi que podrá ser actualizado solamente si el adepto ha practicado largamente las disciplinas elementales que ya he expuesto antes.
Evidentemente, en el mundo occidental numerosas personas hablan de meditación o de su concentración sin saber exactamente lo que eso significa, y ese pseudo-misticismo es de lo más peligroso no solamente para ellos mismos sino también para aquellos que los rodean a los cuales ellos ofrecen el espectáculo de un perfecto desequilibrio que después repugna a todos los buscadores de esta vía.
Parece que se habla demasiado rápido de “concentrarse” en una cosa o de meditar, cuando muy a menudo se trata de un ensueño o de un vago sueño. Cuántas veces he oído decir a esas gentiles damas, miembros de tantos comités, que están haciendo su meditación para salvar a las almas, para ayuda de los enfermos, para la paz del mundo, etc... sentimiento puro y magnífica manifestación de bondad, pero verdaderamente insuficiente al observar que estas personas ignoran todo lo del proceso meditativo que requiere un estado especial de la consciencia y un conocimiento profundo de las leyes de la física y del mecanismo biológico y filosófico.
Dharana es el sexto elemento de disciplina para el perfeccionamiento del individuo, pero pasar directamente a la meditación ignorando las abstinencias, las posturas, las reglas de vida, el control respiratorio, la maestría de las sensaciones (Yama-Niyama-Asanas-Pranayama-Pratyahara) sería algo así como los estudiantes del ocultismo fácil que hablan de la Rajas-Yoga
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sin haber estudiado nunca las primeras lecciones de la Hatha Yoga, como si pudiera pasarse a la Universidad antes de asistir a la escuela primaria.
Un programa existe para cada cosa; ignorarlo es exponerse a peores catástrofes. Evidentemente las mentalidades anarquistas actuales prefieren negar a los maestros y a la disciplina bautizándose de “Rajas-Yoghis”, como esos miembros de asociaciones secretas que alardean de grado iniciático aun antes de haber practicado el menor dominio de los vicios corrientes del hombre.
La meditación es el ejercicio del pensamiento que consiste en la prolongación de la vista interna sobre una cosa. Habría que tomar el cuidado antes de las meditaciones de aislarse mentalmente del mundo habitual sin perder por ello el control de la existencia, pero sin llegar al posible efecto inmediato de una especie de auto-hipnotismo que sería completamente opuesto a las doctrinas de la yoga y que es más bien objeto de práctica en el fakirismo.
Bodhidharma, el veintiochoavo Buddha, practicó intensamente la meditación y durante largos años se aislaba fijándose en una pared para practicar perfectamente este ejercicio. El monje de ojos claros, como fue apodado, ha dejado ciertamente instrucciones puras a sus discípulos cercanos, pero parece que el Zen (fundado con base en su enseñanza) pide de sus adeptos en nuestros tiempos mucho más que la contemplación, lo que desde mi punto de vista no es la misma cosa exactamente.
Bien es cierto que las órdenes contemplativas son numerosas en Europa y los ejercicios practicados en los conventos y monasterios son muy austeros, lo acepto, pero ellos no tienen este valor iluminativo de la meditación tal como lo concibe el dharana. Ciertas órdenes de la Iglesia Católica Romana son muy severas y observan bien las disciplinas, pero se trata siempre de la obtención de una especie de éxtasis que es contrario a la idea del progreso en Yoga: el yoghi sabe conservar su calma, su control y su conocimiento, en tanto que los místicos en general no toman en cuenta el estado en que se encuentran y buscan simplemente el punto final, el cual para ellos es la "beatitud" entendida en general en el sentido que le da la teología.
A su vez el místico hindú (al que no hay que confundir con el yoghi) por medio de las oraciones, del incienso, de los encantamientos, de las prolongadas vigilias, del ambiente de iglesia, etc…, todo como los religiosos de Occidente, intenta establecer un contacto con un plano sobrenatural, es decir, que en una especie de “trance” quiere resentir la presencia del “yo superior”. Es evidentemente una “rápida realización” que puede satisfacer a los que tienen paciencia del trabajo, de la verdadera meditación, la cual sí ofrecerá entonces las posibilidades no dé una ilusión mediumnímica como estoy tentado a llamarla, sino más bien una realización trascendental de la consciencia identificada con el dominio de donde emana.
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Nietzche se opone radicalmente al humanismo de Bacon porque deseaba la rápida transformación, y de allí su mística de lo grande más bien que la del bien.
No quiero calificarme de “tomista”, pero Santo Tomás de Aquino fue siempre para mí una fuente de inspiración y de documentación razonada. Si la Iglesia Católica Romana lo ha tomado como símbolo de su teología es porque este docto sabio fue uno de los mayores eruditos. Discípulo de Alberto el Grande (24), canonizado en 1934, Santo Tomás de Aquino quien toda su vida estudió ciencias positivas, dejó enseñanzas en espléndidos análisis y durante los últimos años de su vida prolongó las experiencias del éxtasis, resultando de esto, naturalmente, que él se hubiera negado a seguir escribiendo más (25). Santo Tomás de Aquino ha dejado numerosas obras sobre magia y ciencias ocultas en general; sus aforismos astrológicos demuestran que ha estudiado la ciencia de los astros, no en el sentido conjetural únicamente, sino que ofrece una seria astrología esotérica que me hace pensar qué lo que ha sido calificado como su “éxtasis”, en realidad se trata de algo muy superior.
Dharana, Dhyana y Samadhi son estados mucho más internos que los cinco precedentes y no pueden ser obtenidos sino por medio de una síntesis del saber y de la intuición, de la razón y de la sensación, de lo objetivo y de lo subjetivo.
Meditar antes de tener el conocimiento intelectual es exponerse a imaginaciones fértiles que producen las más inesperadas fantasmagorías y producen los pacientes para los grandes asilos de los enfermos mentales.
La meditación puede ser primeramente dirigida hacia objetos bien materiales y la aconsejo siempre a los principiantes; en efecto, ¿cómo podríamos dirigir nuestra meditación hacia una cosa que no está perfectamente conocida? Es risible que algunas personas pretendan meditar sobre Dios como si se tratara de ver la ultima obra teatral de renombre!...
Será preferible practicar durante algún tiempo, por ejemplo, imaginando un lápiz simplemente: podríamos, como objeto de meditación del día, pensar primero en una gimnástica del cerebro mediante el juego de la visualización de la madera que ha servido a la fabricación del lápiz, en seguida visualizando el árbol del cual fue extraída la madera, el bosque del cual fue obtenido el árbol, etc... Cuando el cerebro queda acostumbrado a este género de ejercicios, resultará más cómodo meditar sobre cosas de un orden mayor, como la Luna, el Sol, la Estrella Polar, etc... No me gusta dar a mis alumnos ni siquiera un ejemplo
(24) Alberto el Grande murió en el año 1280 después de haber estado ejerciendo el obispado de Ratisbona. Sus obras sobre alquimia, magia, astrología, son numerosas. El inició a Tomás de Aquino, al que dejó también notables obras de alquimia. Tomas de Aquino (1225-1274), denominado el Doctor Angélico, es el teólogo típico y, sin embargo, escribió todo lo que fue posible sobre filosofía hermética, conocimiento básico de la Yoga.
(25) Roberto Bridges, autor del “Testamento de la Belleza”, relata la decisión de Tomás de Aquino de no escribir más después de sus experiencias de éxtasis prolongado (Es el mismo principio de todos los perfectos yoghis que después de haber experimentado el gran éxtasis no quieren escribir más).
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de meditación sobre una determinada y preferida imagen de Dios, pues tal como ellos la conciban llegan más fácilmente a la divinización de sí mismos.
Poco a poco, cuando el pensamiento ha bogado alrededor del objeto, haciendo uso de la meditación, entonces hay que fijarlo más especialmente en el centro del objeto, es decir, más cerca de la realidad objetiva a fin de limitar el campo de la meditación para llegar a la concentración.
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